No hablo del simple dolor físico. Al hilo, resulta curioso que un dolor físico de una duración limitada, cuando se recuerda o, sin que haya sucedido, se prevé, produzca tanto dolor o más. Cuan limitadita es la cabeza.
Es que llevo una temporada depre y me vienen a la cabeza enigmas como el tsunami o el Katrina (como si las muertes multitudinarias fueran distintas de las muertes individuales, como si la muerte de un padre que deja huérfano al niño no fuera distinta de la muerte del niño o de la muerte de un anciano. El hecho que hay que afrontar es la muerte. Y el enigma es por qué se considera a la muerte, más allá de un hecho, un drama).
Al grano: el sufrimiento surge por la discordancia entre la verdad subjetiva (parcial, limitada o incluso inexistente) con la Verdad objetiva. Desde otro punto de vista, la discordancia entre nuestro criterio de bondad y la Bondad. O dicho de otra forma, la discordancia entre nuestra mente y la de Dios.
Cada ser humano, cada ser, es bueno en sí y sin embargo vemos tragedias cuando tenemos un hijo con parálisis cerebral, síndrome de Down o -en muchos casos- cuando "nos sale niña y no niño". Y hay mucha gente que no puede tener hijos.
Esta idea que se me ha ocurrido estos días no es más que una idea, tan discutible como todas (lo mismo es una simpleza que ya se le ocurrió a Pancracio Pérez hace seis siglos..., para eso están los "blogues"). Por ejemplo, yo pienso que la naturaleza humana puede distorsionar esta afirmación, pero no es fácil de explicar. Jesús, siendo humano y siendo Dios, sufrió.
1 comentario:
a ver si hago algo con este blog
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