Sin hacer un análisis muy profundo, con la intención de poner sobre la mesa una serie de ideas, siempre he cuestionado que desde planteamientos puramente materialistas pudieran triunfar las ideologías y los valores, base del fracaso del marxismo y razón por la que la izquierda se pierde en debates estéticos y banales, alejándose de lo que fue su razón de ser: la solidaridad.
Y la solidaridad deriva de unos valores que se han dado en las culturas cristianas: la dignidad de todo ser humano y el amor o caridad como motor de su conducta. Luego, el marxismo y deseo de solidaridad triunfaron en otras culturas con situaciones llamativamente injustas, pero la doctrina surge en occidente, de raíces judeocristianas.
Marx, judío, critica la falta de actividad de la Iglesia -la historia nos dirá si tenía o no razón, aunque a mí me da la impresión de que los cristianos, por su número escaso, por inactividad o por falta de influencia, no hicimos mucho por la Justicia social, aunque es un tema a debatir-, y eso le lleva a conclusiones o posturas erróneas:
- En primer lugar, el eterno error de creer que los problemas se arreglan usando la violencia, actitud tentadora acogida muchas veces en la historia por toda clase de cultura y creencias.
- Considerar la religión como un opiáceo, algo que atonta o distrae al individuo frente a la injusticia y, tal vez, de ahí su "pragmatismo" y "materialismo" -consecuencia de una doctrina atea-. La religión también aporta valores y rompe la tendencia del ser humano de obrar motivado exclusivamente por intereses materiales.
- Ignorar o despreciar el hecho de que detrás de las clases sociales hay seres humanos, con todo lo que esta consideración conlleva para bien o para mal.
- Consecuencia de lo anterior, ignorar que cuando un ser humano cambia su estatus, su clase social, y pasa a ser poderoso, adopta las mismas conductas que tuvieron los anteriores poderosos. Debería haber tenido más en cuenta a Maquiavelo.
- No medir las consecuencias de la lucha de clases como causa del odio de clases, de violencia e injusticia, al tratar a todo ser humano por el mismo rasero, en función de su pertenencia a una clase social. Se pierde la dimensión individual del ser humano.
- No tener en cuenta que el poder y la evolución de las ideas que exige una sociedad plural son incompatibles. Cuando las ideas no interesan al poder, éste tiende a caer en la censura. Hoy el poder va unido al control de los medios de comunicación (o eso creen los "poderosos").
Y en todos esos errores hay un punto en común, que la única fórmula para que el ser humano se reprima en el uso de la violencia, en el abuso del poder, es la moral.