Durante la semana pasada presentí que el Papa iba a morir ese sábado. Conocida la devoción del Papa por la Virgen, el sábado es el día de la semana que los católicos le dedicamos de modo especial. Y el lema de su papado, "Totus Tuus", refiere a la Virgen.
Los medios de comunicación quieren tener la última palabra, el último juicio sobre el "personaje", entendiendo como tal la manifestación pública, la imagen, la impresión que todos tenemos y que nos trasladan los periódicos, radios y televisiones, tenga que ver o no con la "persona", en ese núcleo esencial del ser humano, despojado de la hojarasca con la que se le oculta, ya sea desde el amor o desde el odio.
Yo trato de ver a Karol Wojtyla desde la referencia más directa posible, intentando huir de la propaganda: escuchando su palabra, leyendo sus escritos, tratando de entender las razones que daba a sus actuaciones y observando sus mismas actuaciones, ajeno a juicios de terceros.
Pongamos el último ejemplo que he leído hoy, 4 de abril de 2005, en una página de internet: “El amor convierte a los corazones y da la paz a una humanidad que parece perdida y dominada por el poder del mal, el egoísmo y el miedo”.
La relación entre amor y paz es la primera idea que se deduce de este mensaje. Difícilmente puede haber paz desde el odio. El amor "da la paz". Nace y se manifiesta en el ser humano y hacia el ser humano. Pienso que en la actualidad hay un desconocimiento del ser humano y que de ahí se origina en una gran -enorme- medida el odio. Y del odio, la guerra. No queremos entender que nuestro modo de pensar es limitado y muy probablemente equivocado, al menos, por incompleto. Por tanto, el de al lado -"prójimo" en el lenguaje cristiano- puede tener otras razones para obrar que él entiende legítimas. Hasta el mayor relativista tiene la tentación de calificar el pensamiento y actuar ajeno como "malo" o "errado", sin analizar ni sus raíces culturales, personales, su experiencia de vida, sus lecturas, etc. Todo ello marca una vida en la que otra persona puede actuar tan "de buena fe" al menos como yo. Es esa idea que tan gráficamente expresa Atticus Finch (Gregory Peck) en "Matar a un ruiseñor", por la que, para juzgar a alguien deberíamos ponernos sus zapatos, andar con sus zapatos. Llegamos así a la misericordia, uno de los conceptos clave en la cultura cristiana.
La misericordia se malentiende como una actitud condescendiente de quien es más hacia quien es menos, de perdonar las deficiencias de quien no es como nosotros. Grave error. La misericordia es amar a quien no es como nosotros y perdonar sus ofensas. Y puede tener muchos orígenes como el de saber que nosotros no somos más ni mejores, que nosotros, todos, también fallamos. Está en entender el error humano, en conocer y comprender al ser humano.
Por tanto, no va a haber paz desde el odio. Nunca. El acercamiento a los líderes espirituales de todas las religiones ha sido una constante en su papado, procurando unirlas para avanzar en todo lo que tienen de común, en el "ecumenismo", proceso que tuvo su punto álgido en 1993, cuando reunió en Asís a los representantes de todas las grandes religiones para rezar por la paz. Sabía perfectamente los movimientos bélicos y prebélicos que había en Europa y Oriente. Nos había prevenido años antes. Y esa visión global se manifestó en su oposición a las invasiones de Afganistán y de Iraq.
Señala el Papa también como enemigos de la paz, el mal, el egoísmo y el miedo. Hay una cultura laica y autosuficiente que tiende a reirse y ridiculizar el fenómeno religioso, tratando de identificarlo como un signo de incultura y retraso. La creencia en Dios tiene en el haber una cultura, unas manifestaciones culturales que se manifiestan en el arte y en el pensamiento. Sobre este último apartado podría poner muchos ejemplos de políticos, pensadores, filósofos y científicos creyentes que bastarían para desvirtuar tan sorprendente y falsa identificación. Particularmente, nunca me han podido explicar (tal vez no les he entendido) de dónde se deducen conceptos como bueno o malo hasta el punto de juzgar la conducta humana. No sé cómo pueden salir de la trampa del positivismo. No sé cómo pueden condenar el nazismo y todo el laico proceso que llevó a esa ideología durante los siglos XIX y XX. No sé cómo podrán explicar el Juicio de Nüremberg cuando se condenó a unos políticos y militares que actuaron "al amparo de la Ley".
El mal es consecuencia de conductas que perjudican al ser humano. Un hombre "débil" moralmente no puede actuar en desarrollo propio y de los demás. Antepone su egoísmo, su bienestar, a quiénes le rodean. No puede ser generoso. Y pienso que eso es lo "menos" que se puede decir del mal, del mal moral. Porque todos podemos imaginar muchas formas de hacer el mal y solemos pensar que siempre proviene de el de al lado y no de nosotros.
Cuántas veces mal, egoísmo y miedo van de la mano. Un ejemplo muy claro lo tenemos en el fenómeno de la inmigración. Existe un desconocimiento del inmigrante, de su cultura, y en lugar de superar la barrera del desconocimiento nos apoltronamos en nuestra comodidad. El inmigrante suele ser una persona necesitada económicamente y, por tanto, hay una primera barrera "clasista". Además, el desconocimiento de su cultura y la desconfianza por su situación económica nos lleva al prejuicio y al miedo. En Europa la inmigración está llevando al gueto, al compatimento estanco y, en lógica consecuencia, a la división, rechazo y odio entre culturas. Creo que el católico no debe consentir estas conductas que llevan a justificaciones del racismo y, en último término, de la guerra. Alientan también el integrismo de quien se siente rechazado.
He desmenuzado una frase de Juan Pablo II. No sé si yo también he llenado de hojarasca su mensaje y con ello he creado "personaje" al margen de su persona. Me he dejado mucho en el tintero sólo en lo que refiere a esta frase.
He de decir que le he querido y que le quiero. Que le admiro y que me ha ayudado a querer a la gente que me rodea.
5 comentarios:
a ver si a sín va...
http://boards.melodysoft.com/Baskonia&msg=2259
Hombre. mi blog será malo, pero más divertido que éste...
Felicidades por el texto, es billante. La verdad es que seguto que, si llego a leérmelo, estaré en total desacuerdo; pero aún así reciba mi más efusiva felicitación. Enhorabuena.
Pues nada, no ha lugar al "blogmeo". A esta sociedad le hace falta "blogmear" bastante, pero entre esa búsqueda permanente del "derecho propio" en lugar del ajeno, entre una sociedad caprichosa que no sabe renunciar a nada por los demás, con esa sima social cada día más profunda, cuesta mucho blogmear.
Dejo en este bloc un mensaje que encontré en un foro de internet. Es de una persona muy distinta a mí. Interesante como pocas. Piko, no sé si me das permiso, pero quiero hacerme eco del mensaje que dejaste el otro día. Si te molesta, lo quito. Ojalá nos haga pensar a todos, porque sus argumentos se pueden aplicar a muchos ámbitos:
"Digo que juzgáis cada caso en función del color, si eso no es mojarse.
Ahora, eso sí, no juzgo un caso por dos líneas. Ni ese ni ningún otro. Si lo hiciera, sería muy poco riguroso. Y yo prefiero ser riguroso a dogmático.
Y te digo más, por si no me he mojado lo suficiente, no me molaría nada vivir en una sociedad como la vuestra, tan asfixiante, donde no se puede hablar de política ni con la familia, para evitar discusiones o ruptura de relaciones. No me molaría nada vivir en una sociedad tan llena de demagogia, dogmatismo, tacticismo y continuo irredentismo. Hay mucha gente que se toma lo suyo demasiado en serio.
¿Me sigo sin mojar? Me aburre la historia, me aburren las mentiras, me aburren los agravios acumulados, me aburre el que la gente solo lea los periódicos que dicen lo que quiere leer, me aburre tanta estrechez y me aburre tanto tópico y lugar común. Me aburren los abertzales, los socialistas, los españolistas, los del PP, los presos, las víctimas, el PNV, los curas, y la historia reescrita en función de los intereses de poder.
A lo mejor, sigo sin mojarme. A lo mejor tengo que decir que está muy bien esto, pero que me bajo, que soy un fachita medio burgués, madrileño y casposo, sin sensibilidad, que se hace el gracioso cuando le piden que de la razón a las manipulaciones de unos y de otros. Me basta con mis amigos, y sé que las cosas, las personas, las ideas, los sucesos, tienen muchas caras y a veces es importante mirar alguna otra aparte de la que nos dicta la Hoja Parroquial de turno.
A lo mejor soy un facha y un mierda. O a lo mejor no, a lo mejor soy solo un oficinista. A lo mejor también soy un hijo de puta, expresión utilizada habitualmente por algunos para referirse a gente de la otra orilla política. A lo mejor no estoy en ninguna orilla y me apetece olvidarme de un debate que tiene más trampas que una peli de chinos. Porque además vosotros mismos sabéis que en el fondo las cosas son así, que un tío puede ser un loco peligroso, independientemente de que sea policía, concejal del PP o dirigente de Jarrai. Y si el loco peligroso mata a una vieja, en lugar de ver al loco, se ve el color de la camiseta. A lo mejor habría que mirar un poco más allá, mirar en las otras caras del prisma, pero no, aquí hay que decir categóricamente qué piensas, o mejor dicho, de qué parte estás, posicionarte.
Pues vale, me posiciono, me mojo: adiós, disfrutad de vuestras pajas."
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