miércoles, 2 de abril de 2008

De un tal Pablo

“¡Todo está permitido! Pero no todo edifica. Que nadie busque su interés, sino el de los otros” (1Cor, 10-23-24)

Sí, si todos somos libres. No se trata de que algunos traten (tratemos) de imponer conductas a los demás, cosa que es mentira. Es que no es lo mismo irse de copas -que está muy bien- que cuidar a un enfermo. No es lo mismo comprarse un dvd grabador con 160 GB de disco duro o una edición especial de un libro o disco que nadie encuentra -que está muy bien- que dar ese dinero para un colegio de Perú para que puedan estudiar chavales que carecen de medios económicos.

Nadie impone conductas. Porque supongo que hay gente a la que le gusta correr, aunque sea de cobardes, o comer endivias con salsa roquefort. Si mañana saliera un fulano y les dijera que "eso" está mal ¿les afectaría? ¿o se encararían con ese fulano, indignados, recriminándole que "ya está bien de intentar imponer conductas a los demás"? La reacción lógica sería ignorar a ese señor.

En el mundo hay placeres y cosas que nos agradan. ¿Quién lo niega? Ahora, no sólo observo con sorpresa que una señora que deja todo para cuidar niños enfermos en la India es feliz sino que lo entiendo. Esa señora es más feliz que muchos hombres y mujeres que hacen de su vida un cúmulo de placeres y objetos varios, de los que se olvidan al día siguiente de haberlos obtenido.

También entiendo -y comparto- que no es fácil tomar la decisión de vivir así como no lo es entender que ese camino lleva a la felicidad, aunque haya sufrimientos. Al fin y al cabo, todos sufrimos. Sin ir más lejos, escuchar la verdad duele tanto que en ocasiones nos dan ganas de... crucificar a alguien. Y Le crucificamos. Todos.

3 comentarios:

ATT dijo...

Lo que dices es cierto. Como también lo es que hay quien no toma esa decisión (irse a la India) no porque no sea fácil tomarla (que no lo es) sino porque toma otra que considera más adecuada ¿no?

iperico dijo...

Y respetable, of course. No estaría bien que todo el mundo se fuese a vivir a una zona hiperpoblada como la India.

Habría dos libertades: una social o jurídica que trata de no limitar las diferentes opciones posibles; y otra vital, que nos permite realizar la mejor elección posible, aunque no sea fácil de adoptar (por ejemplo, renunciar a un trabajo para corresponder a alguien que ha confiado en tí).

En la primera, el condicionante ético o moral es menor (por ejemplo, la famosa y parcialmente falsa frase de que la libertad de uno acaba donde empieza la de otro); y en la segunda, el elemento ético es mucho más importante, ya que la sociedad me permite muchas elecciones posibles y yo elijo sólo una.

En ese segundo plano, las elecciones "adecuadas" son las que nos llevan a ser más felices. ¿No?

iperico dijo...

Computadores. No sé exactamente qué me estás contando pero me emociona ver gente (¿?) que entra en mi blog.