martes, 10 de junio de 2008

Justicia

Siempre me alucinó que en la cátedra más de izquierdas de Economía Aplicada justificaran el funcionamiento de la democracia mediante la teoría de los "dos tercios" (nada que ver con el consumo de cerveza), teoría que se basa en el comportamiento de las clases medias en periodos de recesión o de crecimiento. Cuando hay crisis, el Estado se vuelve muy gravoso para las clases medias y éstas votan a partidos de derechas, lo que perjudica a las clases bajas. Y cuando hay crecimiento, al existir más margen de mejora en el Estado del bienestar, las clases medias se unen a las clases bajas y votan a los partidos de izquierdas. Así, aumentan los impuestos y los servicios públicos se financian con el dinero de los más ricos.

Esa teoría no es más que una forma de determinismo social bestial. En la línea de la pirámide de maslow.

La única forma de romper con todos estos determinismos y el consiguiente comportamiento "egoísta" indefectible de las clases "altas" es una sociedad con principios éticos y morales muy fuertes. Una sociedad que haya avanzado en un criterio de justicia que vaya mucho más allá del "do ut des", en la línea de la justicia solidaria que doctrinalmente se inicia con Jesucristo, persona que plantea por primera vez la ruptura del "ojo por ojo" a favor de la solidaridad, la misericordia, el perdón y el amor como bases de esa Justicia.

Ahí está el desarrollo de Europa occidental y de su cultura. Tratar de explicar la solidaridad de Europa ignorando sus raíces cristianas es un engaño.

1 comentario:

Mendrugo dijo...

En estods días de huelgas y piquetes es oportuno refutar esa superstición de las huelgas según la cual, hay que agradecer a la "lucha obrera" las mejoras sociales como vacaciones, seguro de enfermedad, jubilación...
Históricamente, y sobre todo en España, no han sido conquistas de los sindicatos.